Issue 80 - Article 12

Integración de la protección y la asistencia en efectivo para migrantes venezolanos en Colombia

abril 28, 2022

Elizabeth Tromans

Marcela Dajer Gómez

Caminantes on the Cúcuta–Pamplona road.
17 minutos leer

¿Por qué es necesaria una respuesta que integre la asistencia en efectivo y la protección?

Conforme a Migración Colombia, hay 1,77 millones de venezolanos en Colombia y el 56 % de ellos no poseen una condición migratoria regular con documentos formales de identidad colombianos. Los efectos económicos y las medidas de aislamiento por la COVID-19 deterioraron significativamente la situación socioeconómica de los migrantes, puesto que la pérdida de ingresos provenientes de empleos formales e informales ha reducido el acceso a los bienes y servicios básicos, como alimentos, atención de salud y educación. Casi el 50 % de los migrantes no cuentan con un alojamiento seguro y la mayoría (64 %) informó que no disponen de los medios para alimentarse a sí mismos de manera adecuada, por lo que consumen dos o menos comidas por día. Una cuarta parte registra un consumo de alimentos calificado como «pobre» y un 84 % informó que utiliza algún tipo de estrategia negativa de afrontamiento para obtener un ingreso, e incluso el 15 % manifestó que ha tenido trabajos que ponen en riesgo su salud, seguridad, integridad o su vida. Datos de supervisión del Comité Internacional de Rescate.

Violencia de género

El 41 % de las personas sobrevivientes de violencia de género informaron al Comité Internacional de Rescate (IRC, por sus siglas en inglés) que están desempleadas.  La mayoría obtiene algunos ingresos del comercio ambulante, pero esto las expone al acoso, ya que las mujeres venezolanas suele considerarse trabajadoras sexuales. El 50 % de las más de 2200 mujeres entrevistadas por el IRC manifestaron que sufrieron violencia de género; un 46 % padeció violencia sexual, un 27 % violencia psicológica, un 23 % violencia económica y un 4 % violencia física. En muchos casos, las sobrevivientes manifestaron que los perpetradores son sus recientes parejas que se aprovechan de la relativa vulnerabilidad de las mujeres venezolanas en Colombia. Más de la mitad de las encuestadas no tienen una red de apoyo en la que puedan confiar en Colombia, y solo la quinta parte de estas mujeres se sienten lo suficientemente seguras como para denunciar el incidente a las autoridades.

Los riesgos de padecer violencia de género se ven agravados por los estereotipos de género y la xenofobia, que también están asociados con los obstáculos para acceder a servicios básicos y a medios de subsistencia, especialmente para familias encabezadas por mujeres, sobre todo en determinados subgrupos, como mujeres indígenas y afrodescendientes, mujeres con discapacidad, mujeres embarazadas y lactantes, niñas y adolescentes (especialmente las no acompañadas) y personas de la comunidad LGBTQI+ (especialmente las mujeres trans y las que se involucran en trabajos sexuales).

Protección infantil

Según el Plan Regional de Respuesta a Refugiados y Migrantes de 2021, 1,11 millones de personas necesitan servicios de protección infantil. Solo el 22 % de estas personas fueron designadas para recibir asistencia humanitaria en este subsector en 2021. Las amenazas principales a las que están expuestos los niños venezolanos son el abuso, la violencia, la negligencia, la explotación, la separación familiar y el reclutamiento infantil por grupos armados irregulares. Los niños y adolescentes en tránsito son especialmente vulnerables en lugares donde están presentes también los grupos armados irregulares. Los niños no acompañados y separados se enfrentan a mayores riesgos en materia de protección y a dificultades para acceder al sistema nacional de protección infantil a fin de obtener servicios básicos.

Los adolescentes afrontan un elevado riesgo de ser reclutados y explotados por grupos armados, y el ACNUR los ha identificado como el grupo menos atendido por los agentes humanitarios. Los datos del IRC confirman los riesgos en materia de protección infantil identificados por el Grupo Interagencial sobre Flujos Migratorios Mixtos (GIFMM). Los datos sobre gestión de casos del IRC recopilados de 358 clientes en 2020 demostraron que el 50 % de los casos de protección infantil están relacionados con la negligencia, el 18 % con el trabajo infantil (incluida la mendicidad), el 17 % con el abuso emocional, el 9 % con el abuso sexual y el 6 % con el maltrato físico. La edad promedio de los niños que reciben servicios de gestión de casos es de ocho años y el 52 % son niñas.

En comparación con los datos de 2019, las denuncias de negligencia parental y de abuso sexual aumentaron, y esto se corresponde con los efectos de los prolongados períodos de confinamiento por la COVID-19 y el aumento del uso de estrategias de afrontamiento negativos. Durante 2020, un alto porcentaje de niños no tuvo acceso a actividades educativas debido a la suspensión de los servicios educativos. La imposibilidad de acceder a actividades estructuradas durante el día, provocó que los cuidadores tuvieran que dejar a los niños a cargo de un pariente o de una persona menor de 18 años, o dejarlos solos en su casa durante el día, lo que aumenta los riesgos de protección infantil, incluidos el abuso y otros tipos de violencia (Evaluación Conjunta de Necesidades del GIFMM, julio de 2020). Esto es especialmente preocupante debido a que el 20 % de las personas encuestadas en este momento manifestaron que no se sentían seguras en el vecindario en el que vivían.

Las adolescentes embarazadas y las lactantes, los jóvenes que se desplazan solos, los niños indígenas, los niños con discapacidad y los niños con diversas orientaciones sexuales e identidades de género aún se encuentran ante un alto riesgo a causa de la falta de servicios de protección especializados disponibles para ellos y a causa de su edad, género y/u origen social y étnico. Los niños y adolescentes venezolanos también necesitan asistencia a fin de mitigar los obstáculos para acceder a la educación, la reunificación familiar y los derechos y servicios básicos. Estos se han agravado durante la pandemia.

¿Cómo funciona la respuesta integrada?

Para afrontar estas dificultades, el IRC se comprometió a garantizar una respuesta integral y multisectorial que permita afrontar los problemas económicos que agravan los riesgos en materia de protección. Sin embargo, así como en otras organizaciones y en la estructura humanitaria en sí misma, los equipos del IRC suelen trabajar en compartimentos de sectores individuales, en Colombia tomó medidas deliberadas para enfrentar este obstáculo. La respuesta está compuesta por tres equipos que trabajan juntos: recuperación economica y desarrollo, protección infantil y protección y empoderamiento de las mujeres. Si bien otros programas en el país del IRC utilizan un modelo similar de asistencia en efectivo para brindar protección, en Colombia estableció esta integración de varios equipos de manera más formal.

¿Qué asistencia se necesita?

Las mujeres en riesgo o sobrevivientes de violencia de género requieren con prioridad asistencia económica para satisfacer sus necesidades básicas, y así poder liberarse de la dependencia económica que las mantiene en una posición de riesgo en su hogar. El equipo de protección infantil identifica a las familias o a los niños no acompañados que son vulnerables en términos económicos. Como parte de la asistencia psicosocial general y de la asistencia para el desarrollo de la primera infancia que se ofrece a las familias, se realizan remisiones al equipo de recuperación economica y desarrollo, en los casos en que se podría necesitar asistencia en efectivo para afrontar parcialmente algunos de los riesgos a los que se enfrentan los niños en su hogar debido a la vulnerabilidad económica, mitigando cualquier acción con daño que la transferencia pueda generar en el hogar o en la persona.

¿Cómo se proporciona esta asistencia?

Uno de los pasos de este proceso más amplio es quelos equipos de protección de la niñez y protección de las mujeres remitan a las personas al equipo de recuperación economica y desarrollo para que reciban asistencia en efectivo. (El IRC otorga esta asistencia en efectivo como miembro del consorcio VenEsperanza, que es liderado por Mercy Corps y financiado por la Oficina de Asistencia Humanitaria de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional). En el caso del equipo de empoderamiento de las mujeres, se entrega dinero a las mujeres para que satisfagan sus necesidades básicas, con el objetivo de reducir el riesgo de explotación sexual y laboral y la trata de personas, y también para romper con la dependencia economica hacia el perpetrador. En el caso del equipo de protección infantil, se entrega dinero para reducir la explotación laboral infantil o el riesgo de padecerlo. No obstante, la asistencia en efectivo multipropósito es insuficiente. Por lo tanto, el IRC se centra en un proceso de autonomía, empoderamiento, toma de decisiones e independencia, para que las mujeres puedan salir de situaciones y entornos de dominación por parte de los perpetradores de la violencia económica, física, sexual y/o psicológica, y para que los niños puedan escapar del riesgo de padecer explotación laboral, trata de personas y/o reclutamiento por grupos armados. El enfoque general de gestión de casos del IRC incluye un plan de atención individualizado, que se desarrolla tras una evaluación en la que se identifican las necesidades psicosociales de las familias.

Se proporciona acompañamiento constante mediante la gestión de casos. Tanto el equipo de protección infantil, como el equipo de protección y empoderamiento de las mujeres aplican un enfoque de gestión de casos centrado en el cliente. La gestión de casos de protección infantil es «el proceso de ayudar a niños/niñas y a familias particulares a través de apoyo del tipo de trabajo social directo y de la gestión de la información» (Directrices Interinstitucionales para la Gestión de Casos y la Protección de la Infancia, 2014). El equipo de protección y empoderamiento de las mujeres del IRC remite a las mujeres en riesgo o sobrevivientes de violencia de género para que reciban asistencia en efectivo conforme las «Directrices interinstitucionales para la gestión de casos de violencia de género»: «un método estructurado para ayudar a la sobreviviente (…) comprende una organización, generalmente un agente de asistencia psicosocial o de servicios sociales, asumir la responsabilidad de garantizar que las sobrevivientes conozcan todas las opciones disponibles para ellas y que las cuestiones y los problemas que enfrenta una sobreviviente sean identificados y supervisados de manera coordinada». La gestión de casos consiste en un método estructurado para brindar ayuda, por el que se informa a la persona en riego o sobreviviente todas las opciones disponibles y por el que se identifican y supervisan de manera coordinada las cuestiones y los problemas a los que se enfrenta. Se proporciona apoyo emocional durante todo el proceso. La gestión de casos también se ha convertido en el punto de entrada principal para que sobrevivientes y otras personas en riesgo reciban apoyo psicosocial a largo plazo para situaciones de crisis, en virtud de la falta de proveedores más consolidados de servicios de asistencia social y de salud en entornos humanitarios.

Asimismo, debido a que los migrantes venezolanos se enfrentan a numerosos obstáculos para satisfacer sus necesidades sanitarias en Colombia, frecuentemente a causa de factores económicos, el equipo de salud del IRC también remite a los clientes al equipo económico. Este artículo se centra en las remisiones en materia de protección.

Resultados obtenidos hasta el momento

En un proyecto final realizado en marzo de 2021 para el consorcio VenEsperanza, los datos del IRC y de los socios indicaron que el 24,3 % de los participantes del proyecto pudieron satisfacer la mayoría de sus necesidades básicas, lo que representa un aumento de 15,7 puntos comparado con el porcentaje de referencia del 8,6 % informado en octubre de 2020. Esto indica que, para los beneficiarios seleccionados para asistencia exclusivamente por factores económicos, la intervención fue exitosa. Los datos recopilados desde fines de marzo de 2021 mostraron un aumento de 7,8 puntos en la proporción de familias cuyas viviendas cumplían las normas técnicas y de funcionamiento. El porcentaje de familias que manifestaron padecer hambre de manera moderada a grave disminuyó respecto al porcentaje de referencia de 69,6 % a 42,6 % al final del proyecto.

En el caso de los clientes remitidos de los equipos de protección a los equipos de recuperación y desarrollo económico, existen actualmente pocos datos analizados y desglosados. De acuerdo con los datos cualitativos recopilados por los equipos de protección, los clientes que reciben dinero manifestaron realizar menos trabajos que ponen en riesgo su salud, seguridad, integridad o vida. Los clientes notaron que la combinación de asistencia psicosocial y económica les permite mejorar sus condiciones de vida. Los ejemplos proporcionados por el personal incluyen a niñas que asisten a la escuela por primera vez en Colombia desde que migraron, a mujeres sobrevivientes de violencia de género que pueden mudarse a un refugio seguro y a padres que pueden enviar a sus hijos adolescentes al colegio en vez de trabajar vendiendo productos en la calle. Se prevé realizar un análisis y revisión de datos más amplio y un evento sobre las lecciones aprendidas en 2022.

En 2020, se remitió al 50 % de las mujeres y los niños del programa de gestión de casos del IRC a otros servicios de asistencia del IRC o a servicios externos, incluida la asistencia en efectivo (70 %), servicios de salud (22 %), servicios de prevención y respuesta a la violencia de género (4 %) y educación (4 %).

Factores que contribuyeron al éxito del programa

El personal del IRC Colombia atribuye el éxito del programa a una gran cantidad de factores, pero principalmente a una visión común sobre la integración de la protección, desarrollada de manera colaborativa. Específicamente:

  • Los equipos de protección y de recuperación y desarrollo económico elaboraron conjuntamente una estrategia de programa y posteriores modelos de diseño de programas para el desarrollo de negocios.
  • Ningún equipo es «dueño» del programa; los procedimientos operativos estándar, incluidos los criterios de selección, se acuerdan de manera conjunta, así como las herramientas.
  • Los equipos de protección están a cargo de la gestión de casos, en la que están especializados, mientras que el equipo de recuperación y desarrollo económico se centra en la entrega del dinero.
  • Se celebran reuniones habituales sobre los ciclos del programa para debatir sobre la implementación y revisar los datos de seguimiento y otros comentarios.

Ambos equipos reconocen que la elaboración conjunta de los documentos del programa fue un proceso extenso, especialmente la creación de una herramienta conjunta que permita seguir los casos entre las intervenciones. Sin embargo, gracias a este paso que requirió la inversión de mucho tiempo al inicio del programa, se propició una colaboración fluida durante la implementación del programa.

Dificultades

Los equipos del IRC han enfrentado dificultades relativas a la información errónea que circula en las comunidades, sobre los criterios de selección, los valores de las transferencias u otros servicios ofrecidos. En algunos casos, la difusión de rumores puso en peligro la seguridad del personal. Para afrontar este problema, el IRC unificó los mensajes en todos los equipos del programa en su foro local de SignPost, InfoPa’lante, una plataforma de información y participación del IRC creada con otros socios en 2015. La unificación de los mensajes en todos los equipos, por ejemplo, la reiteración de que la asistencia es gratuita y de que no hay intermediarios, y que el IRC proporciona la asistencia directamente a través de sus donantes, ha ayudado a contrarrestar los rumores y a manejar las expectativas de los miembros de la comunidad.

También ha habido algunas dificultades para establecer sistemas de seguimiento y evaluación. Se destinó mucho tiempo para aclarar los criterios específicos de selección de los clientes según distintos tipos de asistencia: asistencia en gestión de casos únicamente, asistencia económica únicamente o ambas, asistencia en gestión de casos y asistencia económica. Hasta el momento, el seguimiento de los beneficiarios de la asistencia en efectivo solo se ha centrado en la seguridad alimentaria y en indicadores económicos, aunque, idealmente, al equipo también le gustaría obtener información sobre el efecto de esta asistencia sobre los resultados de protección. Se necesita más trabajo para analizar los datos existentes, desglosando los datos de los resultados en función de quién recibió qué intervención, puesto que se trata de una tarea difícil de realizar a causa de las diferentes plataformas de gestión de datos que utilizan los tres equipos.

Además de las campañas de información sobre el tipo de asistencia proporcionada, el enfoque de gestión individualizada de casos le permite al IRC asistir y empoderar a las personas para desarrollar estrategias de salida para el momento en que finalice la asistencia, incluida en algunos casos las remisiones a programas relativos a los medios de subsistencia del IRC. El IRC está llevando a cabo un programa de medios de vida (financiado por la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado de Estados Unidos) con el socio local Corporación Minuto de Dios, que proporciona formación empresarial y entrega de capital semilla, y formación para el empleo y acompañamiento para la vinculación laboral. Se priorizan las remisiones internas a asistencia en efectivo del IRC para sobrevivientes de violencia de género y miembros del colectivo LGBTQI+.

La xenofobia por parte de los colombianos ha constituido otra dificultad para el proyecto, así como el aumento de la tensión a medida que las necesidades relacionadas con la pandemia también aumentaban en las comunidades de acogida. El IRC ha respondido medienta la vincalación de población de acogida a sus programas y a tráves de la divulgación de informaicón sobre los programas de protección social que ofrece el Gobierno de Colombia a colombianos desplazados internamente o victimas del conflicto.

Próximos pasos

Puesto que las necesidades han aumentado durante la pandemia, el IRC prevé ampliar el alcance total de clientes y expandir la cobertura geográfica. En Colombia, en el programa del país denominado Strategy Action Plan (Plan de Acción y Estrategia), que se encuentra actualmente en desarrollo, el IRC se ha comprometido a beneficiar tanto a los migrantes de Venezuela, como a los desplazados internos de Colombia. Además, para extenderse y llegar a las personas con mayor necesidad, los equipos de protección han identificado socios locales asentados en las comunidades destinatarias y con una visión compartida sobre los servicios de protección integrados, que trabajarán junto con el IRC. Finalmente, a modo de reflexión y aprendizaje ante la finalización del Strategy Action Plan en Colombia, el IRC realizará un análisis más profundo del enfoque de integración, idealmente mediante una evaluación externa. Asimismo, el IRC planea expandir su sistema de remisiones más allá del IRC a otras organizaciones que ofrezcan los mismos servicios o servicios complementarios.

Elizabeth Tromans es asesora técnica de Efectivo y Emergencias del Comité Internacional de Rescate, con sede en Nueva York. Marcela Dajer Gómez es coordinadora de Recuperación Economica y Desarrollo Económico del Comité Internacional de Rescate en Colombia, con sede en Bogotá.

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